viernes, 20 de noviembre de 2015

Rosas gemelas



Mi  pequeño rosal.

Esta  preciosa mañana de primavera, mi rosal me volvió a sorprender. Observé, que de un tallo muy menudo  pero fuerte, brotaban dos capullos en el mismo gajo. 

-¡Oh!... no sois hermanos, sino gemelos; tendré que cuidaros un poco más, se acercan días de lluvia y no  quiero que os dañe, -Dije al verlos tan indefensos. Desde ese día, movía el tiesto de un lado  a otro, y les ponía en  el más seguro rincóncillo de la terraza para procurar su feliz nacimiento.

Así  fueron pasando los días, y mis gemelos, crecían felices  sin signos de debilidad, gracias a mis cuidados.

Una mañana, al despertarme, recordé que no lo había puesto a cubierto como cada noche hacía, y me entristeció ver sus hojillas  llenas de agua, embuchadas y doloridas por el azote que la lluvia les había proporcionado durante la noche; estaban tristes, lo supe al ver su tallo medio doblado. Como pude, procurando no hacerles daño, las sacudí suavemente y las puse al sol. Durante el día las vigilaba, las mimaba, acariciaba su tallo, y les animaba a seguir su evolución.  Movía su tierra para que secara un poco, les hablaba, como hablaría a una parturienta con dificultades para dar  a luz, con dulzura, pero con autoridad  para que empujara y ayudara al  alumbramiento, incluso puse música de mi tierra, alegre, la más bonita que encontré.

Sí... sí, que sé qué podéis pensarlo, pero os aseguro que no estoy delirando.  Amo a la naturaleza toda, Los árboles, las flores... especialmente, y con devoción, mis flores, y amo a este rosal como no os podéis imaginar, porque lleva mucho tiempo haciendo feliz con las preciosas rosas que me regala. 
Esta mañana  por fin surgió el milagro. Los capullos regordetes,  a pesar de la tormenta, se abrieron ayudadas por el resplandeciente sol de primavera y, del  mismo soplo de la madre naturaleza, dos preciosas rosas gemelas se abrieron a mis ojos inundando mis pupilas de emoción y alguna lagrimilla.

¿Queréis saber cómo acaba la historia? Comprobadlo.

  "Una imagen vale más que mil palabras.


Carisdul. María B. R.