Hola amigo:
Has citado al final
de tus preciosas palabras, a Carl Sagan " popular astrónomo y divulgador
científico. Dices, que has buscado en sus tratados cósmicos, entre otros, y no
has hallado nada más bello que la palabra PAZ. Quiero que sepas, que igual que
muchas personas quedaron enganchadas a la única novela que escribió
“Contactos”, así me he encachado al correo para ver si tus palabras cuelgan al
toque de mis dedos en el teclado, y disfruto un buen rato del caudal generoso
de tus metáforas, del ardiente frenesí de una reflexión que ciega los ojos y
enmudece el alma.
Yo no puedo ser tan
generosa, mis escritos son las favilas de un corazón que en el transcurrir del
tiempo, va dejando segmentos esparciéndose por el aire en forma de átomos. Si
pudiese, soplaría sobre uno de ellos y haría que se posara en el umbral de tu
sala, donde tus amaneceres y tus crepúsculos se llenan de musas para
recordarte la cita que tienes con un
hada sin varita, sin carruaje ni vestido de seda. Yo, que solo poseo el don de
la indulgencia y el encanto de una flor que intenta sobrevivir a las
inclemencias, quiero ser tu musa.
María Borrego R.
La Paz, María, es una ilusión y un sueño imposible, por desgracia el mundo está empeñado en conformarse por ahora con la Paz de los cementerios. Sentado ésto, suscribo que la palabra " Paz" es tan hermosa casi como tu nombre.Casi nada.
ResponderEliminarUn beso
Amigo anónimo. Bendita palabra "PAZ". Muchas gracias por decirme que mi nombre es tan bonito como esta palabra.
EliminarUn abrazo, anónimo.
Perdona, ha saltado , se me olvidaba decir que tu nombre es casi tan hermoso como tu poesía.
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ResponderEliminarCaris...
*La Paz*... es un alimento espiritual que nos rescata del caos, es un fruto que cada uno cultiva en su propio huerto: mente, sentimiento, conciencia o corazón; es también una necesidad personal, como comer, que calma tu hambre pero de nadie más, como beber, que calma tu sed pero de nadie más. *Paz*, es un tesoro que cada uno gana en mil batallas contra las inclemencias del alma humana, *paz* es además, el altar en que renovamos nuestro valor, fe y esperanza.
*La paz*, afortunadamente es una poderosa fuerza que emerge desde lo más profundo de un alma noble y valiente, está al alcance del que se resiste a ser derrotado por las flaquezas y las ambiciones, esas banalidades que nos tientan y atormentan, y hacen claudicar de su derecho natural a *La Paz*, a aquellos que están dominados por sus propios apetitos, y no los apetitos ajenos que son malvadamente recurrentes pero que nada tienen que ver con nuestra propia *Paz* interior, que emerge arrolladora a despecho de los vaivenes de la vida... y de los propios humanos.
Siempre tuyo... María.
Así es querido pensador. Una poderosa fuerza que emerge de las almas nobles. Me encanta que te inspire un texto tan bonito la palpara !PAZ".
EliminarMuchas gracias por tu fidelidad y por no molestarte que tarde tanto en contestar.
Un beso, amigo.
(palpara) PAZ, NO, quise deir PALABRA.
ResponderEliminarTe recuerdo, amigo Pensador.Donde quiera que estés, te mando un abrazo enorme.