CATEDRAL
Santiago de Compostela.
El día era gris, y una fuerza superior
Me llamaba a contemplarte.
Ni el frío, la lluvia y el viento,
que a mi cuerpo azotaban,
pudieron hacerme desistir del intento de
Inmortalizarte para siempre,
para en mi interior más noble, admirarte.
Hay en mi España monumentos
milenarios, pero ninguno
por grandioso y bello
atrae como tu fuerza oculta.
Peregrino, ¿quién te llama?
Y me respondió sonriendo.
¡Ay, malagueña Eso solo DIOS lo sabe.
María Borrego. R.