Retrato de Rubén De Luis
Le
llamaban sonrisas, ¿Queréis
conocerla un poquito más?
Sonrisas es alegre, inquieta, juguetona y divertida. Cuando el dolor llama a la puerta
de otro/as sufre y trata de paliar ese dolor ajeno.
Durante
sus horas de meditación, Sonrisas se recoge en un espacio de espuma blanca y
olas juguetonas donde trata de ver sirenas y botellas con mensajes de PAZ.
El
cuarto de Sonrisas está lleno de sueños. Tiene entre sus reliquias, un calcetín
de niña lleno de sueños, una piruleta roja, y una preciosa muñeca sin
zapatos.
Sonrisas
abusa de su prodigiosa imaginación, se adentra en su bosque de pinos y manzanos
dorados, y puede ver entre los árboles, un bosque de caramelos, animalillos de
miel, y ríos de merengue.
A
menudo, cuenta a sus amigos lo que ve, y consigue con ello la admiración de
todos.
Nunca
habla de sus miedos, de su tristeza por el sufrimiento ajeno, teme que al saber
de sus desiertos, las mariposas blancas que revolotean a su lado, se alejen y la
dejen desdibujada en un lirio azul.
En
días grises, pide al cielo que las nubes sean blancas como la nieve para poder
dibujar con su pupila verde, la figura de su madre adornando su balcón de preciosas
flores, y serpentinas multicolor, soltando besos en forma de palomas.
Hoy
soñó, que nadaba en un río prodigioso buscando peces azules y naranja, y vio
breas danzantes y peces morados. Los ha visto al lado del dolor de los que han
perdido a sus seres queridos, en soledad, y al lado, los dolientes de bata y alma
blanca
Hablando con ella, me dijo, que no había visto
imágenes de lo sucedido, - ¿Para qué? -decía-, los querubines no pueden exponer
sus alas de terciopelo, no les dejan.
Una
melodía sonó en la estancia superior de la casa, las estrofas eran perlas de
nácar enredada a una caracola blanca.
Me
dijo, que la madrugada pasada, la brisa del mar se había colado por su ventana,
y le había acariciado la mejilla, y al querer elevarse al cielo, un perfume a
jazmín, le impidió dicho ascenso, así que, volvió a dormirse.
Al
llegar el alba, despertó tranquila, sosegada, y descubrió, una preciosa flor de
loto con un mensaje que decía: -No sufras. En el cielo hoy han hecho una
preciosa fiesta, hay bambalinas de plata, y los mejores cantantes de Andalucía
se han unido para dar la bienvenida a los nuevos ángeles que dejaron atrás las
miserias de la tierra. ¡Vendita tú, Sonrisas!, Eres una campanilla con nombre
de Virgen, que, con su serenidad y humanidad, ha podido contemplar luz
celestial donde hay oscuridad y dolor.
Canta
conmigo, -me dijo, vistámonos de sirenas, demos amor y alegría a los seres
queridos que hoy han dicho adiós a sus ángeles.
María
Borrego R. escrito en el blog de La Comunidad El País, el 18/ febrero/2011