martes, 25 de agosto de 2020

Le llamaban SONRÍSAS




Retrato de Rubén De Luis
 Le llamaban  sonrisas, ¿Queréis conocerla un poquito más?
Sonrisas es alegre, inquieta, juguetona y divertida. Cuando el dolor llama a la puerta de otro/as sufre y trata de paliar ese dolor ajeno.
Durante sus horas de meditación, Sonrisas se recoge en un espacio de espuma blanca y olas juguetonas donde trata de ver sirenas y botellas con mensajes de PAZ.
El cuarto de Sonrisas está lleno de sueños. Tiene entre sus reliquias, un calcetín de niña lleno de sueños, una piruleta roja, y una preciosa muñeca sin zapatos.


Sonrisas abusa de su prodigiosa imaginación, se adentra en su bosque de pinos y manzanos dorados, y puede ver entre los árboles, un bosque de caramelos, animalillos de miel, y ríos de merengue.
A menudo, cuenta a sus amigos lo que ve, y consigue con ello la admiración de todos.
Nunca habla de sus miedos, de su tristeza por el sufrimiento ajeno, teme que al saber de sus desiertos, las mariposas blancas que revolotean a su lado, se alejen y la dejen desdibujada en un lirio azul.
En días grises, pide al cielo que las nubes sean blancas como la nieve para poder dibujar con su pupila verde, la figura de su madre adornando su balcón de preciosas flores, y serpentinas multicolor, soltando  besos en forma de palomas.
Hoy soñó, que nadaba en un río prodigioso buscando peces azules y naranja, y vio breas danzantes y peces morados. Los ha visto al lado del dolor de los que han perdido a sus seres queridos, en soledad, y al lado, los dolientes de bata y alma blanca
 Hablando con ella, me dijo, que no había visto imágenes de lo sucedido, - ¿Para qué? -decía-, los querubines no pueden exponer sus alas de terciopelo, no les dejan.
Una melodía sonó en la estancia superior de la casa, las estrofas eran perlas de nácar enredada a una caracola blanca.
Me dijo, que la madrugada pasada, la brisa del mar se había colado por su ventana, y le había acariciado la mejilla, y al querer elevarse al cielo, un perfume a jazmín, le impidió dicho ascenso, así que, volvió a dormirse.
Al llegar el alba, despertó tranquila, sosegada, y descubrió, una preciosa flor de loto con un mensaje que decía: -No sufras. En el cielo hoy han hecho una preciosa fiesta, hay bambalinas de plata, y los mejores cantantes de Andalucía se han unido para dar la bienvenida a los nuevos ángeles que dejaron atrás las miserias de la tierra. ¡Vendita tú, Sonrisas!, Eres una campanilla con nombre de Virgen, que, con su serenidad y humanidad, ha podido contemplar luz celestial donde hay oscuridad y dolor.
Canta conmigo, -me dijo, vistámonos de sirenas, demos amor y alegría a los seres queridos que hoy han dicho adiós a sus ángeles.
María Borrego R. escrito en el blog de La Comunidad El País, el 18/ febrero/2011