domingo, 2 de junio de 2019

Cortijo de las Mezquitas. Poema







Poema al cortijo las Mezquitas. Para mi gran amigo José María Alcalde.




EXCLAMACIÓN.

Yo, una Mezquita abandonada,

reclamo mi lugar en el corazón de Andalucía,

porque soy leyenda y esta nunca silenciarse ni morir debe.

Estoy llena de vida, y,  aunque a los ojos del hombre ignorante,

 crean que muero, que mis piedras no me sostienen…

tengo el latir de vida nuevo:

de eso son testigos los vientos que me azotan

con furia cada noche para hundirme.

Yo aguantaré mil lunas y mil soles, y mil mareas

si el mar me llama, y a sus tormentas manda arrastrarme a él,

firme aguantaré, porque tengo los siglos reclamándome,

y entre mis últimos vestigios, duermen las estrellas cada noche

y bailan al amanecer los danzarines pájaros que en la besana

hacen sus nidos,  ellos, y yo, hacemos lo que el hombre no hace,

dar vida al pasado que en mí duerme.

Reclamo tu conciencia, y por un día, sólo por un día,

déjame ser tus manos, tus ojos y tu memoria,

verás, qué se siente entre ruinas caladas al cielo.

Ya verás, qué se siente al ver amanecer, ver, cómo

se oculta el sol a mis espaldas sin saber si mañana lo volveré a ver,

o se hará la oscuridad para siempre en esta Historia que he guardado siglos:

Historia que todo refrenda y nada vuelve.

Reclamo mi lugar en Al Ándalus, flor arraigada y florida.

Reclamo sacar los fantasmas que están robando mis sueños.

Quiero volver a ser lugar sagrado donde vengan a orar

los peregrinos, y Alá reciba sus cantos divinos.

Imploro...  ¡me escucheis, hombres de bien,

que este lugar vuelva a ser consagrado,

nunca más sean líneas quebradas,

sino patios luminosos, bendecidos  y floridos.

No tardéis; tengo mi corazón, húmedo y dolorido,

 y mis cimientos, de bella historia  retorcidos.

 Continuará.

María Borrego R.