¡Ay!
Si un día conspirara el universo todo,
Si un día conspirara el universo todo,
para que tus besos recorrieran sin
miedo
los rizos de mi pelo, y desataran
todas las penas que en ellos quedaron atrapadas.
Si en ese frenesí acariciaras mi
cuello, besaras mi boca…
créeme, se esfumaría de mí, cada día
vencido,
y no habría lunas ni soles que
brillaran
más que el corazón mío.
María Borrego R.