miércoles, 11 de febrero de 2015

Pulcro perfil de un gran pensador

Pulcro Perfil de un gran pensador





PULCRO PERFIL DE UN PENSADOR


La luz lacónica, liberando sombras, se acomoda en tu rostro como pez relumbre atrapado en tu piel suavemente dorada. El flash de la cámara lo ilumina, y se ven tus venas colmas de sabiduría, del mismo modo que una gota de rocío deletrea su paso brillante por el pétalo de una rosa. Es tu perfil sereno, tan sereno… que hasta tus manos se posan sobre el latir de su corazón al ritmo de tu cavilar y se duermen; pero tú no lo notas, como apenas percibes la apostura, la perfección de ese rostro, tu rostro irradiado en el retrato denso y oscuro que refleja la belleza donde se embeben los años. No es un rostro lo que se irradia esa foto, sino una reclinada ternura sobre el mundo. No es la sombra que devora los ojos, es el fulgor sereno de la mirada. Siquiera es la derrota ni la capitulación lo que en la imagen se ilustra, no, es la animosidad de un nuevo impulso.

No te das cuenta de los ojos que reflejan la cara asombrada del extraño que te mira, miras otras cosas; algo que ha caído al mar, algo como es tu juventud, tu lozanía, que, como una sortija, se hunde en el oscuro del fondo abisal hasta reposar en el océano, dejando en la superficie doradas ondas de tu resignación.

Mirar sin ver, es el destino de los solitarios, solo mirando llenas los vacíos jarrones sin flores del alma. Solo mirándote, -nosotros extraños-, apaciguaremos el tenebroso momento de mirar el techo y las paredes escarchadas de nada y orfandad.

La luna, extasiada por tu belleza, baja a beber de la pequeña artesa de tonalidad oscura que meces en tu inclinación, para seguidamente, volar como un ave, asustada, porque, inesperadamente, agitas con cucharilla de plata la noche vestida, ataviada de seda tu soledad elegante. Tu perfil, Toni, se reclina como un lirio, a tomar entre los labios la breve esencia nocturna antes de volver al barro de tantos caminos sin adónde.

Toma este beso, por si quieres con él, exprimir las tristezas y gozos que marcan tus facciones.

Un abrazo, Tony.

María Borrego R.


Carisdul.








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