No hay nada para depurar el alma, como hacer un buen examen
de conciencia:
Con este ejercicio, puedes aprender, mejorar, y
cambiar todo lo que no te gusta con respecto a tus formas y actitudes.
Anoche me acosté temprano, tenía que
madrugar y debía dormirme pronto, ya que el sueño me alimenta más que la comida
y me ayuda a sentirme activa de mente y cuerpo, y no sé si es una virtud, pero
una vez en la cama no tardo ni minutos en dormirme, pero anoche no fue
así; sin saber por qué, de pronto, surgieron unas preguntas que mi ego me
hacía.
María… ¿Qué puedes cambiar para sentirte mejor
y que las personas que te quieren te entiendan más si cabe; para dar a los
problemas que surgen la importancia justa, para ignorar las banalidades y malas
intenciones de personas sin recursos éticos ni espirituales?
Me puse a filosofar con la almohada, y por más
que busqué en mi interior, dentro de mi conciencia, no encontré motivos.
Comprendí que no tenía nada que cambiar, que mi educación mi lealtad y mi
moral, estaban sanas, que mi conciencia estaba muy limpia.
Reconocí, que defectos tengo muchos, ¡Claro que
sí, como todo ser humano, pero esos defectos doy fe de no ser nada
perjudiciales para nadie, en todo caso solo para mí y me llevo muy bien con
ellos, ya que me ayudan a ser más liberal a sacudirme la vergüenza. Cundo no
tengo más remedio, saco mis defectos y dejo a buen recaudo mis salvos
principios.
Hay personas que me han dañado. Acostumbradas a
sus falsas apariencias, no se creen la verdad al descubierto, mi verdad
desnuda. No sé quien dijo: “si quieres que te crean miente y si dices la verdad
dila a medias“ es la única forma de que te crean.
Esta noche, después de esta sentada del alma,
he visto claro que me quiero, me gusto, no quiero cambiar absolutamente nada,
me gusta como soy, como siento, como quiero, como amo; me gusta como regalo
cariño y tiempo sin poner precio, gratuitamente; con esas actitudes he recibido
más beneficios que desprecios. He descubierto, que vale más un beso de un ser
desgraciado, enfermo, necesitado, cuando les has tendido una mano y un oído,
que todo el oro del mundo. Al menos para el espíritu.
Me gusto. ¿Por qué voy a cambiar?.
María Borrego R.
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La hipocresía es el homenaje que el vicio
tributa a la virtud.
La mayor parte de las mujeres prefiere que se
hable mal de su virtud antes que de su encanto y belleza. A mí no, por eso
guardo las hojas secas de mis rosas.
La meta ideal de la filosofía sigue siendo
puramente la concepción del mundo, que precisamente, en virtud de su esencia,
no es ciencia. la ciencia no es nada más que un valor entre otros.
Edmund Husserl
ResponderEliminarMaría...
No cambies nada que no te haga sentir mal, física o espiritualmente, pero sí, mejora, o incrementa, lo que te hace sentir bien, y aprende, todo lo que tu generoso corazón perciba, de las personas que ayudas, porque el verdadero cambio que necesitamos, sólo lo entendemos cuando estamos en desgracia, y rogamos nos ayude una mano amiga, rica... en humildad.
Siempre tuyo, con el corazón en mis palabras, como sé que me prefieres.
Besos... soñada Caris.
Buenas noches, amigo Pensador.
ResponderEliminarGracias por verme desde el corazón. No, no cambiaré, no tengo nada que cambiar, pero como dices, si es para poder ayudar a quién me necesite, claro que lo haré. En mi trabajo aprendía mucho, convivir con enfermemos te hace ser algo diferente, creo.
Un abrazo, sabio amigo Pensador.
Ni falta que te hace cambiar nada. La vida nos viene haciendo desde que nacemos y lo de cambiar era cuando nos creíamos tan listos que casi se nos olvida de que somos humanos. Somos como somos.
ResponderEliminarY eso no tiene remedio. Pero es que tampoco hace falta.
Como mucho; cambiate de lado y sigue durmiendo, a ver si va a venir algún fresco por aquí y te va a tomar el numero cambiado. Corazón.