Con los rayos de sol y luz de luna, vas brotando
hermosa como la vida misma, más, envidia de ti siente el aire
y, hasta la misma tierra que te
acuna.
Tanta envidia te profesan, que de ti, raudo quieren
deshacerse.
Te miman con esmero para esculpir la perfección en tus
pétalos,
y presto, vapulearte y oprimirte con su tosco musgo hasta
asfixiarte.
Sutil instrumento de tortura, desprecio, que vislumbra el
tiempo.
Pero, tú, elegante y majestuosa perla en el averno,
te deshojas humilde, sin recibir clemencia.
y admirada y venerada por las demás flores,
al final de tus días, lloran la agonía de tu efímera existencia.
Pero, he aquí, que la naturaleza toda,
ante tu hermosura, por volverte pronto a ver florida y
bella,
de sus soles y lunas se despoja toda y te las presta.
María Borrego R.
Amiga, maravilloso poema. Todo lo que tú le das, te lo devuelven con creces.
ResponderEliminarA seguir cuidándolas.
Te leo y disfrutó de tus poemas y fotografías María
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EliminarMuchas gracias, Franz. Soy María sin loguear. Me alegra saber que te gusta.
ResponderEliminarUn saludo.